jueves, 8 de marzo de 2007

Trofeo

Esta mañana salí de mi casa muy apurado porque se me hacía tarde, obviamente me olvidé algo a la mitad del camino y tuve que volver en medio de la lluvia que caía con más fuerza que nunca. Maldito Murphy.

El tema laboral es un mar de incertidumbre, para cortar con esto tiré la primer pregunta incómoda por el aire, ahora, me siento como parado en la cima de una montaña, el viento me da en la cara y abajo el vacío espera. Igual, pase lo que pase, la vida me ha demostrado que las cosas que me pasaron siempre fueron por alguna razón que cierra increíblemente, como la trama de un cuento bien construido y todo encaja tan perfecto. Las situaciones de mierda y las gloriosas, todas tienen un porqué que vale la pena buscar, aunque lo encuentres sin querer años más tarde tomando un café en algún barsucho con olor a porcelana vieja. Vale la pena pensar en los procesos, son tan complejos. Increíbles telarañas de otras telarañas más pequeñas en finos hilos de recuerdos, sensaciones, emociones, horas minutos, infinito, carne, decisiones y muchos iones más.

Suspiro

miércoles, 7 de marzo de 2007

Volando sobre el cemento

Esta mañana viajé sentado al lado de un fantasma. Un señor que estaba barnizado de un color pálido sin fuerza, yo soy blanco, pero este señor estaba pintado de otro blanco, uno que rozaba el gris. Cuando me paré para bajarme pude leer en su pecho "Marta te amo", estaba escrito en el respaldar de su asiento.

También escuché a una señora gorda, con cabeza de Orco, hablar con un anciano sobre los desastres que habían hecho con las fuerzas armadas y "¿cómo van a quitar el ejercito obligatorio?", decía ella ofuscadísima. Me alegro mucho que el mundo gire más para mi lado que para el de estas personas.

La pareja del colectivo ha retornado, ayer me los crucé y estaban bronceados por lo que sospecho que su ausencia era porque estaban vacacionando, seguramente en las costas de mar del plata, porque tienen cara de que se sacan fotos con los lobos marinos. También me di cuenta de algo que me resulta sospechoso, tienen un parecido en común, no logro descifrar qué es todavía pero parecen familiares, tal vez hermanos. Cuando se dan un beso en la boca me da cosa, encima el chico tiene muchas verrugas por ahí sus padres también son hermanos.

lunes, 5 de marzo de 2007

Amputame todo.

El sábado fui a un casamiento. No puede haber una palabra más fea que esa, casamiento, puaj. Es como si uno pudiera ver todo lo que involucra esa palabra con solo escuchar su sonido. La conclusión es que es muy terapéutico ir a un casamiento en donde uno no conoce a nadie (hay que asegurarse que la persona que lo acompaña a uno tampoco). Hice muchas payasadas, incluyendo brake dance en el piso con traje y todo. Estaba sacado, como hacía mucho no lo estaba, fue como un regreso a una época en donde no me importaba absolutamente nada. Hice lo que quise por unas horas, temía que los familiares de la novia, al ver tantas payasadas juntas, me castigaran por la retaguardia pero por suerte eso no paso. Yo miraba a las personas que estaban sentadas en las mesas cercanas a donde yo desplegaba mis pasos estrafalarios y podía ver en sus rostros una sonrisa de vez en cuando pero también una cara de "este pelotudo nos está arruinando el casamiento, te queremos cagar a trompadas". Igual, le escapé a sus miradas con mis pasos intergalácticos y mis quiebre de cintura. Por suerte no corrió sangre y una vez más el demonio triunfó sobre los sagrados mandamientos.

El puré de zapallo que viene en bandejita siempre se come (inconscientemente) de adentro para afuera.

jueves, 1 de marzo de 2007

Lluvia dorada

Anoche me desperté a la mitad de la noche con la certeza de algo en la cabeza: el infierno del que habla la religión cristiana no es otro que lo que va a ser la tierra dentro de algunos años. Pero con la total certeza, vamos a arder dentro de algunos años, todo va a estar en llamas, espero que cuando esto suceda todavía existan los edificios, para poder tirarnos de espaldas y mirando el cielo hacernos mierda como un huevo contra el piso. Aunque tal vez la iglesia pacte con el gobierno acolchonar todas las calles y veredas para que no cometamos el horrible pecado de quitarnos la vida, por más que agonicemos y roguemos con que alguien termine con nuestro sufrimiento, si algo deja bien en claro la iglesia es que no sos dueño de tu vida, ni de cuando esta deba terminar.

Una noche increíble de lluvia "acataratada".

La mano que sale de la sábana, la mano que entra, la mano que se esconde abajo de la almohada, algunos felinos se trepan al teletransportador, la calma sube como la marea. Es tiempo de dormir.

martes, 27 de febrero de 2007

Liuvia.

La lluvia cae perpendicularmente al piso así: \ \ \ \ \ y golpea el vidrio del colectivo. Con la cabeza apoyada la ventana veo lo \ \ \ \ \ que sucede. Las gotas viajan y chocan contra el cristal, algunas se desarman otras quedan en el vidrio, con forma de pequeños montículos transparentes, y no caen porque el total de su peso no es suficiente como para arrastrarlas hacia abajo. Pasa el tiempo y la lluvia sigue cayendo y más gotas golpean el vidrio y ahí comienza: las que quedan en la parte superior de la ventana y tienen el peso como para comenzar, lentamente, a rodar hacia abajo comienzan un éxodo. El éxodo hacia su destrucción. En el camino se van uniendo con las gotas que estaban inmóviles en el vidrio y a gestar una nueva gota más grande y pesada que va a descender con mayor rapidez. El hecho de que caigan no significa que se unan a todas las gotas que encuentran en su camino, curiosamente solo se unen con algunas. También es curioso el camino que toman, no caen %100 en línea recta, caen por caminos aleatorios, perfectamente aleatorios, sin pasar dos veces por el mismo lugar. Ninguna se apresura, todas parecen flotar en esa calma que todavía existe en la naturaleza. La estoy mirando, la veo ahora y cae. Se destruye, todo se acabó. Orgasmo.

Colifor.

El sábado no fue lo esperado, no pude hacer muchas de las cosas que tenía ganas y la lluvia llegó recién el domingo a la noche.

Hoy viajé todo el camino al trabajo en uno de esos asientos que están al revés, es decir, no están en la posición en la que suelen estar si no que uno va mirando el camino recorrido. Cuando era un pibe contento de 8 años, solía ir a la casa de campo de un amigo (el que tenía el cuadro con la cara del payaso), la cuestión es que cuando subía al auto que tenía en ese momento, los asientos despedían un olor horrible que me mareaba instantáneamente entonces en el camino tenían que parar porque me mareaba, bajaba del auto y lanzaba un chorro de vómito potente que se estrellaba contra el piso. En eso se resume mi niñez. Recuerdo también que un par de veces viajé en alguna pick up, en la parte de atrás y me mataba, terminaba otra vez mareado. Hoy, una docena y un poco más de años más tarde, puedo viajar en el asiento que va al revés sin titubear, soy inmune.

No quiero escribir lo que voy a hacer todos los días, no quiero que esto termine siendo como el diario de Paris Hilton, salvando los millones de diferencia y mi indudable belleza aplanadora.

Parece que va a ser un largo día, ¿qué digo? una semana muy larga.

jueves, 22 de febrero de 2007

Jueves, de medias de vestir

Esta mañana, al salir de mi casa y cruzar la calle rumbo a la parada de colectivo ví en el piso, cerca de ese mini canal por donde corre el agua en los días de lluvia, una fotografía rota. Se notaba que la habían cortado con la mano ya que el corte era impreciso, se podía ver la mitad de la cara de un tipo que parecía acariciar los 38 y que tenía un bronceado repugnante (como todos los bronceados). Cada vez que veo fotografías rotas en la calle me llama mucho la atención, me pregunto ¿qué habrá llevado a alguien a hacer eso? bronca seguramente o tal vez, en algunos casos (los menos), la fotografía era de otra época y alguna ama de casa en plena limpieza las tiró a la basura (rotas para que nadie se entere de su intimidad (terror de cualquier ama de casa)). La promesa que trae la fotografía de eternizar un momento, de detener el tiempo, a veces, es un arma de doble filo, sobre todo cuando se trata de viejos amores. Aunque para el que lo experimentó, no hay nada más placentero que hacer mierda la foto con esa cara que te mira el que te metió los cuernos o la que te mandó a cagar, es simplemente reconfortable y liberador. Tenía ganas de escribir acerca de esa cara que se veía en la foto, un cuento, puede ser, hoy no.

Parece ser que al amigo Juan Cruz lo han cambiado de lugar, antes estaba cerca de la oficina de sistemas, ahora, no lo veo más en el lugar de antes, no me tengo que topar con su encantadora mirada persuasiva, ni con su peinado que las mujeres tanto miran. Si está en otra oficina o agonizando en la cama de un hospital, me da igual.

Estoy contento, hoy cuando salga de acá voy a ir a buscar el tan enigmático revelado de fotos, estoy un poco ansioso, ¿Qué fotos habrán salido, cómo habrán salido, cuantas?, hace como tres años que no siento esto ya que desde que salieron las cámaras digitales nunca más llevé a revelar un rollo de papel, cuando sacaba con la camara reflex hacía scanear los negativos y así obtenía fotos digitales (y más barato que revelar un rollo). Antes de eso, cuando sacaba blanco y negro, las revelaba en el laboratorio de la escuela donde hacía el curso de fotografía, después terminé el curso y me quedé sin laboratorio.

Ya casi se termina la semana y tengo planes para el fin de semana, espero que todo salga bien y si no que llueva todo el finde y me pueda enterrar en el sofá a leer mucho.
Hoy el colectivo frenó dos veces y todo el mundo se fue a la mierda, a veces, la energía cinética puede ser muy graciosa ¿Por qué no nos enseñan eso en el colegio?